Energía, ecología y su implantación en la sociedad

Es evidente, a estas alturas del partido, que las energía renovables son el futuro del planeta en lo que se refiere a la forma de mover el mundo. Fábricas, tecnologías, comunicación, medios de transporte… no hay manera de seguir tirando de las energías tradicionales si queremos seguir manteniendo la Tierra; necesitamos más potencia, más despliegue y más desarrollo todavía, y eso solo lo conseguiremos con unas fuentes matrices que nos aseguren su inocuidad para el planeta, sí, pero que también podrán perpetuarse a lo largo del tiempo.

Energías perdurables, renovables y limpias; así es como debe alimentarse nuestra sociedad, al menos la del Primer y Segundo Mundo. Para ello, todos tenemos que engancharnos al carro, cada uno en la medida de nuestras posibilidades. Claro está que las empresas dedicadas a la explotación de las energías de origen animal, que constituyen gremios muy poderosos en la economía mundial, estarán en contra de esto. Por eso, creo yo, sería muy importante implicar a la ciudadanía, y no el único que lo cree. Seguro que ya has visto campañas publicitarias sobre el autoconsumo, o la compra de coches eléctricos; y eso va en la línea apropiada, aunque hay formas de hacer que todo esto sea mucho más visible si se une a grandes eventos mundiales.

Por ejemplo, no olvidemos que estamos en junio, el mes del Orgullo Gay. El colectivo LGTBI, que durante un mes estará en el candelero, sería el modo perfecto de publicitar todo lo que tenga que ver con ecología y energías renovables relacionado con él. Como el que haya una compañía de aviones en Mexico que se ha convertido en la aerolínea oficial de los Gay Games 2023, que se celebrarán en el mes de noviembre en Jalisco. No se habla de qué clase de combustible se usa en los aviones, ni si hacen algo para reducir su impacto en el cambio climático, ni siquiera si hacen uso de energías renovables… Pero el unirse a un evento LGTBI los hace como mínimo más comprometidos con la igualdad y el progreso social, y en nuestra mente eso hace referencia a un cierto estilo de vida sano y ecológico.

Sí, puede ser que solo sea una impresión, y que incluso nada tenga que ver con la realidad; pero el caso es que lo pro-gay vende, como si fuera una moda a la que hay que unirse sí o sí. Después de muchos años casi escondiéndose, el porno gay tiene un montón de adeptos en internet, y eso que muchos de ellos ni siquiera sean homosexuales. Sin embargo, lo mismo que en su momento ver a dos mujeres liándose nos engancho al porno lésbico, ahora el morbo de dos hombres teniendo sexo nos hace pasar por las webs de videos xxx de temática gay. Así que, si yo fuera responsable de hacer que la gente tuviera un estilo de vida ecológico y se apuntara a todo lo que tuviera que ver con cambiar la mentalidad hacia otro tipo de salidas energéticas, no dudes que aprovecharía el gay porn para hacer publicidad subliminal como mínimo. ¿Muy retorcido? Puede, pero estoy convencido de que funcionaría.

De cualquier forma, es cierto que necesitamos ese cambio de mentalidad, y creo que verdaderamente lo estamos haciendo. Claro que cuesta alejarse de lo que consideramos habitual e intentar cosas nuevas, pero hemos llegado a un punto en que no tenemos muchas más alternativas. Hay que empezar a luchar todos juntos contra el abuso que hemos hecho de nuestro planeta y de sus recursos naturales. El cambio climático nos lo advierte cada día, y en los últimos años sus efectos no pueden estar más claros. Olas de calor, olas de frío, sequía, inundaciones, terremotos, volcanes… Si no vemos que la Tierra protesta por nuestro trato, es que realmente la raza humana no tiene salvación.